domingo, 2 de octubre de 2011

No del todo

Cuando era un niño pequeño y había tormenta, mis hermanas mayores me decían que eran los angelitos jugando a los bolos. No sé de dónde se sacaron esa idea, igual un día me acuerdo en su presencia y les pregunto, pero está claro que era una historia para hacer gracioso y amable un fenómeno que podía dar miedo a un niño pequeño como yo. 
La verdad es que no recuerdo si tenía miedo de las tormentas, ni de cuándo aprendí lo que era un rayo (el trueno sí que recuerdo cuándo y cómo aprendí lo que es), pero sí recuerdo que en el primero de mis dos últimos años como estudiante, hablando en clase de seguridad eléctrica, a una pregunta del profesor respondí que el rayo se produce (entre otras cosas) cuando el aire se convierte en conductor. Recuerdo las caras del resto de mi clase volviéndose hacia mí con la preplejidad de quien se pregunta cómo alguien puede saber algo como eso. 


Yo creo, sin embargo, que mayor perplejidad era la mía: ¿cómo ni uno, de entre veinte tíos que han estudiado un bachillerato científico - tecnológico no es que no sepa sino es que no se ha preguntado nunca qué cojones es un rayo? ¡Me kagüen la hostia negra! Llevas entre dos y tres décadas vivo dentro de esta atmósfera que a veces se comporta de manera tan curiosa y ¿nunca te ha dado por preguntarte que eso qué es lo que es?
Yo no lo comprendo del todo. Yo tengo dudas, yo siento la intriga y la curiosidad, y también intento comprender cómo hay gente que no intenta comprender.

sábado, 13 de agosto de 2011

Te lo dedico a ti.

Mírala. Soy yo. Es parte de mí. Me gusta, pero no tengo mucho mérito. El mundo la hizo (me hizo) así. Es mi cuerpo, modelado por miles de millones de años de la más pura supervivencia. Por eso me gusta también.


















Es mi mano. Ya lo sabes, soy muy curioso. Me he fijado en tantas manos de otras especies... desde las alargadas de nuestros parientes más cercanos hasta las minúsculas que con tanta gracia manejan los roedores al manipular. Mi mano, como tu mano, no es demasiado especial por sí sola. La hace especial el complejo sistema nervioso al que está conectada. El mundo modeló todo así. Miles de millones de años de la más pura supervivencia. Modeló  también el complejo sistema nervioso que hace que la mano sea la mejor herramienta del mundo. Modeló el cerebro, y con el cerebro, modeló el modo en que el cerebro piensa. Miles de millones de años de la más pura supervivencia lo hicieron así.

Ya no sobrevivimos. No tú y yo. Ahora el cerebro se ha librado de esa pesada carga. Es curioso o irónico, pero ahora el cerebro se ha liberado a sí mismo de ser como miles de millones de años de pura supervivencia lo habían hecho ser.

Me conoces desde hace muchos años. Desde que el vello no se mostraba en todo su potencial hasta ahora, que peino (es un decir, lo de peino) canas. Ya sabes quién soy y en qué sentido me gusta caminar. Yo sigo caminando. He dado el paso y no creo que lo comprendas. No lo creo porque para eso tendrías que dar el paso tú también, y no te atreves. Te prestaría... lo que hiciera falta para que pudieras entender las cosas que he acabado por comprender, pero no puedo hacer eso. Lo tienes que hacer tú, sin ayuda, y hay que esforzarse, y mucho.

Miles de millones de años de pura supervivencia hicieron mi cuerpo entero tal y como es. Pero mi pensamiento me lo hice yo. Te lo aseguro, tuve que esforzarme mucho, de hecho aún sigo haciéndolo. Espero que al menos, esto lo comprendas. Quizá un día tú también seas capaz de dar el paso y entonces podamos reencontrarnos.

El viento podrá hacer su sonido característico al acariciar las efímeras hojas de alerce de nuevo.


sábado, 16 de julio de 2011

Pionero.

Me lo he encontrado nadando en un vaso con agua y un cacho de suculenta que me gustaría que brotase que tengo en el balcón. Me ha costado sacarlo porque nadaba mejor de lo que esperaba. Cuando lo he sacado el pobre estaba rendido y le he dado su tiempo a recuperarse. Luego lo he dejado otra vez en el suelo y al rato ya no estaba. Igual se ha ido por su cuenta. Igual una de las muchas arañas que merodean (para mi satisfacción) entre mis plantas hoy ha merendado abundantemente y con poco esfuerzo.

Insectos arcaicos, pioneros sobre una tierra difícil e inhóspita, pioneros que pusieron a prueba arriesgados experimentos vitales. Voladores, depredadores, comunitarios, parásitos, simbióticos. Pioneros que sobrevivieron durante infinidad de generaciones triunfalmente.
Les deseo larga vida.

sábado, 25 de junio de 2011

Do comment.

Bueno para mí algo está claro: la monarquía y la democracia son incompatibles. Quiero decir que ni siquiera me parecería bien que se preguntase a los ciudadanos si quieren o no monarquía. O si se les preguntase, que se hiciese cada cierto tiempo, y que cualquier ciudadano se pudiese presentar a monarca. Y que ese monarca estuviese sujeto a la crítica y a la oposición de los que representasen a los monarcas no elegidos. Quizá entonces me parecería más justo que se preguntase a los ciudadanos, pero ya no sería una monarquía, sería un absurdo. Por eso mismo, porque la democracia y la monarquía son incompatibles y su convivencia sólo es fruto de la aceptación de un absurdo que no supera un análisis crítico.

No creo que se pueda hacer votar a la ciudadanía si están de acuerdo con mantener un cargo público vitalicio, hereditario y por lo tanto, exclusivo a una familia. Es como asumir que es justo que un trabajador no disfrute de las medidas de seguridad que estipula la ley porque simplemente le parece bien y ha aceptado de buen gusto hacerlo porque cree que eso le beneficia.

La monarquía es la institución que más representa la desigualdad  y el mal reparto de la riqueza común.
 Se basa en unos principios imposibles de defender desde un punto de vista democráticamente moderno. No importa lo que yo crea sobre el papel de Juan Carlos Borbón en la transición y en el golpe de estado de 1981, no quiero entrar en eso porque es desviarse. Pero vamos a aceptar el supuesto de que que fue tan decisivo como imprescindible para dejar atrás la dictadura: sigo pensando que es injusto premiar su aportación con un cargo vitalicio, a él y a sus descendientes, quienes no tuvieron nada que ver en el proceso. Sigo pensando que si su intervención contribuyó a evitar un retroceso democrático, no estaba haciendo más que cumplir con su obligación, como cumplieron muchos otros a los que no se premió con un cargo vitalicio y hereditario, porque hubiese sido absurdo. Pero en su caso no, claro. U oscuro.

viernes, 22 de abril de 2011

Y el olmo

El olmo, como los otros árboles, sólo crece en longitud por sus yemas apicales, por lo demás engorda. Si de niño hubiese podido disfrutar de un columpio colgado en una de sus ramas, hoy no vería ese columpio más alto ni más lejos del tronco que entonces. Pero sí podría ver a un olmo mayor, más grande y de tronco más ancho. Siendo una especie ligada al río y al freático cercano a la superficie, es de relativo rápido crecimiento. Yo mismo he plantado una de sus sámaras en una tarrina de CDs y en el estirón de un solo año lo he visto crecer metro y medio. Que se lo digan al tejo.
El olmo. El olmo inocentemente vive sin intenciones, y sin embargo hace todo lo que hace con un solo fin que ni siquiera controla y del que es esclavo: crear más olmos como él, todos los que sean posibles. El olmo comparte esta esclavitud con el resto de seres vivos con los que interacciona, y sin saberlo, interacciona con ellos también con ese fin.




Ahora mismo, yo soy la única razón por la que mis antepasados existieron.

Cruce de caminos

Gracias al libro que me estoy leyendo ahora mismo y con el que vuelvo a retomar la sana costumbre de publicar una lista de lecturas, supe de la vida de quien me crucé ayer en mi camino. Me enteré de que no es muy habitual su presencia, y de que una vez estuvo dentro de un huevo enterrado, que cuando salió de él trepó a una flor y esperó a que pasase una abeja para aferrarse a ella y ser introducido en su panal. En el panal se metió y fue encerrado en la celda donde había un huevo de abeja que se comió y donde también fue comiendo la miel allí almacenada. También pasó diversos estados larvarios durante meses, hasta salir como adulto. El adulto que me crucé yo ayer y que no puede provocar otra cosa en mí sino gran admiración y respeto. No debe de ser nada fácil la vida de una aceitera violácea.