viernes, 9 de marzo de 2012

"El ascenso de Endymion" de Dan Simmons

    "—Una mala época económica en su estado-nación puramente capitalista —dijo Aenea—. Recuerda que entonces la economía [...] dependía de instituciones monetarias privadas llamadas bancos, de las reservas de oro y del valor del dinero físico, monedas y trozos de papel que presuntamente valían algo. Era una alucinación consensuada, desde luego, y en la década de 1930 la alucinación se convirtió en pesadilla."

    "—No —dijo Alem desde la ventana. Frunció el ceño y noté tristeza en sus ojos grises-. La Iglesia no permite matrimonios entre miembros del mismo sexo [...]. Nuestra familia será destruida. 
    Noté que los tres se miraban un segundo, y el amor y la angustia que vi en esas miradas me acompañaría durante años." 



    "Miré el cielo color cobalto, surcado por nubes violáceas, la luz espesa que bañaba el adobe rosado y el alféizar de madera; escuché el alboroto de los niños que jugaban en el callejón, la suave conversación de Ces Ambre y su hermano enfermo, Bin, las súbitas risas cuando algo los divertía en su juego. ¿Perder esto para siempre?, pensé.
     Y aluciné la voz de Aenea, diciendo: Perder todo esto para siempre es la esencia de la condición humana, amor mío."

    "No podría hacer esto, comprendí, si fuera inmortal. Comprendí de una vez para siempre que este grado de amor a la vida y al prójimo no se concede a los inmortales sino a los que viven brevemente y a la sombra de la muerte y la pérdida."