jueves, 16 de mayo de 2024

La inercia que se detiene.

   Si existe un barco de Teseo en mi cotidianidad, son mis marcadores de Firefox.

   Los llevo reciclando digitalmente de disco duro en disco duro, de ordenata en ordenata y de SO en SO desde 2006. Hay una longeva carpeta en mis marcadores llena de páginas de información de ultraizquierda. Cuando pude pagarme mi primera conexión de 1 Mb de ADSL a Timofónica es una de las cosas que primero busqué. La alternativa, la diferencia, la voz que estaba acallada en la tele, los periódicos o la radio.

   En aquella época compartía coche al trabajo con un compa obrero de derechas (el pobre), que decía aquello de que para estar bien informado había que diversificar las fuentes (el famoso "leer de todo"). No era al único al que oía decirlo. A mí me hacía arrugar la frente que lo que ellos llamaban diversidad, lo más a la izquierda que se extendía era a la posición ideológica del PSOE, y de ahí hacia la derecha. Vale, no soy ingenuo, sé que los que dicen eso es porque son idiotas con un poco de vergüenza de serlo y cuentan milongas autojustificantes. "Ni de izquierdas ni de derechas, los de abajo contra los de arriba". Mierdas de esas. En fin.

   El 15M me pilló habiendo recién perdido a mi padre. Me hizo respirar profundo y pensar en cómo lo habría visto él. El populismo que trajo Podemos y la ilusión que encendió en personas que nos decían al resto que despertásemos me ponía una sonrisa incrédula en la boca. Gente que el mes anterior estaba diciendo que pasaba de política. Esa gente.
  Los movimientos de derechas o ultraderechas disfrazados, como el docu "zeitgeist", "no les votes", las "clases medias" y el mismo auge del populismo de izquierda ya me pillaron sabiendo diferenciar lo que era bueno de lo que yo quería creer que era bueno. Eso al menos. 
   Muchos de los que anteriormente estaban decepcionados con la política lo estaban de forma totalmente legítima y por muy buenas razones. Pero verlos volver a ilusionarse con aquel populismo y verles querer quedarse allí me dio la misma sensación de que se habían pasado de frenada que con el tema magufo. Esto es, peña cansada y asqueada del catolicismo cayendo en manos de bazofia espiritual pero con sonrisa y buen rollo. El despecho es un mal conductor de vida, creo. Supongo.

   Dijo Pasteur que «Un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a él». Entiendo perfectamente lo que quería decir porque, como ex-creyente, pasé por un proceso que recoge la fase que describe la cita. Me ocurría que, cuando oía a gente decir que no podía haber dioses porque el mundo era un lugar injusto donde los niños sufren y mueren, pensaba que era un argumento simple e infantil. Que había que ir más allá.
    Pues sí, es verdad. Más allá y más allá. No hay que estancarse. Ese es el regalo que se hace uno cuando adopta el pensamiento crítico. El dinamismo de pensamiento.

   Un día está uno enfadado con el PPPSOE y al otro está encandilado con los círculos de Podemos (portzierto, ¿dónde han quedado?).
    Un día está uno enfadado con los curas y al otro está encandilado con el reiki.

   ¿Por qué quedarse estancados? Joder, Podemos hundió a IU y erosionó votos de obreros moderados, lo que acabó con Rajoy en Moncloa. Paralelamente, la espiritualidad alternativa es tan coercitiva, dañina y retrógrada como cualquier religión organizada hegemónica. Y cualquier persona decente con ideología de avanzada medioformada debería tener claras sus bases racionalistas y el porqué de tenerlas. Sobre todo eso. Por qué el racionalismo es nuestro y nos beneficia. No ser de izquierdas o anticlerical por tribalismo. Serlo por convicción informada. Cuestionárselo todo es la manera de solidificar los razonamientos, por paradójico que suene.

 

La vida, el mayor espectáculo del universo, a lo largo de eras geológicas,
desafía la estúpida falta de perspectiva temporal de la religiosidad.



   Hace poco pensaba en cómo sería relacionarse con una deidad. Las barreras comunicativas entre seres de arquitectura mental tan diferente. Qué capacidad tiene una deidad de comprenderme, si no tiene hambre, ni sueño. Si no siente asco, ni ganas de sexo, ni de mear. Si no tiene miedo, no le incomoda la incertidumbre, no tiene la certeza de que el día menos pensado todo acaba. Si no necesita hacer pasar aire por unas cuerdas vocales para hablar, si no necesita ser querida y aceptada y estimada por quienes la rodean. Si no le duele.

   Si una deidad no es natural y humanamente animal, ¿qué la diferencia de las inertes imágenes de pintura, mármol o bronce que la representan?