Esta no es mi última palabra.

Sé que contiene errores, pero me da pereza corregirlos. Esta no es mi última palabra.

martes, 15 de julio de 2025

La influencia de los acontecimientos en los pensamientos

 Anoche soñé que era de noche y era el pasado remoto. Los sonidos del día estaban ausentes y la luz sólo la proporcionaban las ascuas anaranjadas de una hoguera de llama baja sin humo, bien construida. Cantábamos en polifonía y manteníamos diálogos con flautas de una sola nota. No conocíamos el funcionamiento del mundo más allá del estrictamente necesario para sobrevivir y nada más que lo estrictamente necesario era hacía falta. Estuve un rato con mis ancestros, al modo que dice la famosa cita: en cuya poderosa compañía no he de sentir vergüenza.

 Luego vinieron las hebras del tiempo, tangibles, visibles y materiales como gruesos cabellos negros lisos y largos sobre un lienzo blanco a traerme al presente. Así también lo vi en sueños.

 

 Anoche, antes de dormir, entre los párrafos del último libro que estoy leyendo, me puse a imaginar una sencilla función de la constante universal c.

 

 

La he dibujado para ilustrar esta entrada

 

Me puse a pensar que todo el mundo andamos metidos en el lado superior izquierdo de esa función. Mentalmente sombreé por donde nos movemos y dejé en blanco por donde lo tenemos prohibido por las leyes de la naturaleza.

 

 

Me hubiera gustado sombrear en gradiente
para hacerlo más visible, pero así me ha quedado

 

 Independientemente de que nos movamos tan lento respecto a c que casi estemos pegados al eje t y dado que la relatividad especial no nos deja movernos fuera de la zona sombreada, me puse a imaginar la totalidad de esa gráfica mental en modo tridimensional, haciendo que las líneas rotaran creando un sólido de revolución.

 Y me quedé un poco extrañado cuando obtuve medio cono de luz. Si traía al pasado a la imagen imaginada, como premonitoriamente después sucedería en sueños, se creaba un cono de luz entero.

 

 

Como el día de hoy en general,
este dibujo me ha salido regulinchi

 

 Tengo que buscar si lo que imaginé tiene sentido y la gráfica y el cono de luz tienen algo que ver. Certero o equivocado, no será un descubrimiento original, , por supuesto, pero todo constituye una sucesión de pensamientos a los que no habría podido llegar de esta manera que me extraña sino por mí mismo. Tanto al pensamiento de anoche de la función de c resultando en un cono de luz como a la mirada que eché a través de la ventana de la conciencia a mis subconscientes sueños para, habiendo sido testigo en primera persona, traérmelos a la zona del recuerdo.

 

 *****

 

 No creo que si pudiera hablar con un yo de hace treinta años le hubiera podido convencer  de que sería más divertido pasar la vida rotando funciones en un laboratorio que volteando piezas de varias toneladas en un taller de mecanizado. Aquél que pudo haber sido un soñador tenía que haberse convencido por sí mismo. De que lo insurgente hubiera sido tomar el primer camino, pues el segundo ya lo tenían preparado los dueños de la mayoría de las cosas. Un camino preparado para gente como yo.

 Yo, el de hoy, a su vez, estoy convencido de que hay argumentos de los que no puedo convencer a algunas personas. Estoy seguro de que encontraré resistencia y el escuchante se enrocará en su postura haciendo más difícil que lo argumentado penetre sus defensas. Aunque, para variar, esta entrada no va de creencias irracionales, mi experiencia en la militancia del ateísmo algo me ha enseñado sobre cómo las personas se aferran a sus convicciones y se sienten personalmente atacadas si las criticas (a las convicciones, no a las personas; lo segundo es lógico, lo primero, no tanto). Por eso pienso que es inútil hacer cambiar de según qué opinión a según qué persona. Si no lo ve por sí misma, yo jamás la convenceré. Es más, la haré ponerse en guardia, lo que será contraproducente.

 

 A veces me cuesta tanto hacerme entender... como para complicarlo todo teniendo que comunicar lo justo, pinceladas leves de pensamiento, poco más, por ver si animan a encender una llama de comprensión. 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario