lunes, 10 de junio de 2013

"Las puertas de la Casa de la Muerte" de Steven Erikson

    "Miraos. Ambos sois antiguos peregrinos de esta tierra mortal. ¿Por qué no habéis ascendido como los demás? Os lo voy a decir. La longevidad no lleva automáticamente de la mano a la sabiduría."


    "La imaginación de Duiker le jugaba una mala pasada, consecuencia del miedo que sentía, la necesidad tan humana de evocar un significado simbólico a sucesos que no tenían la menor trascendencia. Y nada más." 










    "Kalam respondió a esto con un gruñido. Conocía a ese tipo de hombres. Grande era su coraje mientras superaban en número a sus víctimas, y la vacua gloria que ansiaban provenía del abuso y de aterrorizar a seres indefensos. Tales criaturas abundaban en aquel mundo, y una tierra azotada por la guerra les proporcionaba la libertad de hacer cuanto quisieran, brutales verdades que ocultaba toda causa justa. En lengua ehrlitana se les llamaba e'ptarh le'gebran, buitres de la violencia."


    "El zapador blasfemó entre dientes, al tiempo que se agachaba en una posición incómoda. Aquí somos intrusos... Había oído rumores de sendas desprovistas de aire, que suponían la muerte instantánea para los mortales que osaban penetrar en ellas. Era arrogante suponer que todos los reinos existentes se doblegaban a las necesidades humanas. Intrusos... Este lugar no tiene el menor cuidado con los seres humanos, ni existe ley alguna que le exija que se acomode a nuestras necesidades.
    No obstante, lo mismo podría decirse de cualquier mundo."