miércoles, 31 de julio de 2019

Miedo

   Llegados a este punto muerto del debate ya sólo me queda exponer una de mis convicciones: es casi imposible quitar la fe a un creyente, lo mismo que el miedo a un cobarde.
   ¿Por qué querremos las personas que los demás tengan nuestro miedo?
   ¿Por qué nos esforzamos tanto en revestir de discursos bien lógicos y sensatos lo que no es sino la justificación de un miedo que sentimos que es realmente difícil de justificar?
   Escucho los argumentos de gente que ve que eso que les preocupa a ellos a ti no te preocupa y detrás de todas sus palabras entreoigo: ¿ves como tengo razón para tener este miedo, si está todo muy justificado?

Babosa Tigre Limax maximus


   Me gusta mucho una de las frases que componen la letanía Bene Gesserit. Es una afirmación detrás de la cual hay mucha miga: “el miedo mata la mente”.

   No puedo yo tampoco no tener miedo, soy un humano. Y cada vez soy mayor y eso no lo mejora. Pero me gustaría que el miedo que ya no tenía se quedase así.
    ¿Podemos por favor dejar de tratar de contagiar el miedo a personas que no lo tienen? ¿Podemos por favor dejar de hacer un favor a quienes aspiran a quitarnos libertades y no ir por ahí matando nuestras mentes?

sábado, 9 de febrero de 2019

Antisistema

41 órbitas y media alrededor del astro rey. Y me recuerdo hace unos 17 años o así, en un momento en e que el sistema me acababa de soltar tremendo pescozón, que empecé, aunque por las razones equivocadas, a comprender. Las razones se han ido comprendiendo y corrigiendo.
Entonces, yo soy el sistema. Yo, que madrugo y trasnocho para cumplir con mi honrada obligación. Para cumplir con mi trabajo. Para hacer sociedad. Yo soy el sistema. Yo, que madrugo como un can, que de madrugada estoy activo. Que echo el día entero como quien dice. Que tengo una grieta llena de grafito que no cierra en el pulgar derecho (el dedo que nos da el poder, espabila, Willow Ufgood, primates somos, ya pecks o daikinis). 
Huye y apártate del sistema y lo que conseguirás es marginación. Tú no puedes, tú eres.
Antisistema son los que se pasan el día parasitándolo mientras minan su capacidad de protección.

Hoy, con el cerebro trastocado por el etanol cumpleañero, invoco tres grandes poemas encadenados de la sabiduría popular que es mi contemporánea y que me pertenece y enorgullece abanderar: 





Segi!!

domingo, 27 de enero de 2019

Bazkaria. Afaria noiz? 2019

   Recuerdo ese año entre 2005 y 2006 que trabajé entero en el turno de mañanas porque mi compañero de máquina estudiaba. A eso de las 5:30 de la mañana,  que es cuando conducía hacia Hernani, acabé encontrando un programa de radio que no me pareció demasiado estúpido.  A esas horas nunca he tenido ganas de hablar ni de que me hablen, ni tampoco del humor simplón que reinaba a esas mismas horas en la radio, junto a tostones musicales que no eran de mi agrado o programas informativo propagandísticos de derechas y baja calidad además.  Y en ese programa, como decía,  encontré a Marta Pastor, quien me dio las claves para navegar y hacer comunidad virtual en un internet que por primera vez pude pagarme. Recuerdo que habló una vez del por entonces casi desconocido Twitter  como una manera de contar al instante qué te estaba pasando, lo cual me pareció bastante inútil.  Bueno, hoy día,  unos 14 años después,  es la red social que he acabado por usar casi exclusivamente.

    Hoy he tenido comida con los compañeros del trabajo. Para practicar la saludabilísima costumbre de socializar,  he tenido que sacrificar otra salud por otra parte, bebiendo txakoli, copas y cervezas durante unas 8 horas seguidas,  algo a lo que estoy ya completamente desacostumbrado.
    De todos modos, ha sido un gran día,  que ha empezado yendo a coger el topo en un día lluvioso. He tomado un hamabitako de antxoíllas y atún en aceite regados con txakoli al txotx a 2°C. Luego he comido un delicioso bakalao con pimientos y carne guisada tiernos como mantequilla.  Y he hablado mucho. Más de la cuenta, como suele suceder cuando se bebe. Del trabajo, por supuesto. Y además de heavy metal, drogas, geología,  astronomía,  política,  euskara, periodismo... no sé,  lo típico.

Vides, cerezo, laurel y ratón.  Entre otras cosas. 
    A la vuelta del tren a casa he venido viendo y recordando los nombres de las estrellas de Orión, la leyenda de sus dos perros, el auriga, los gemelos... Nunca está de más situar el triángulo de invierno en los escasos días despejados que se nos brindan. Más aún cuando el día ha empezado lluvioso y ha acabado despejándose después de una semana con temporal y ante el pronóstico de otro que empieza mañana mismo.

domingo, 20 de enero de 2019

Eclipse

    He estado dando un buen par de paseos este fin de semana. Ayer subí rápido al primer pico, de modo que agradecí el asfalto (menudo "pisa-praos" estoy hecho) al final del trayecto para descansar los tobillos de tanto pedregal. Bajaba ya andando como un fremen en las dunas de Arrakis (los iniciados lo entenderán), y pensando esto, me iba riendo un poco.
He ido hoy por la tarde, y habiendo pasado escasamente un mes desde el solsticio de invierno, se me ha echado el crepúsculo encima. El tiempo lluvioso ayudaba a oscurecer el cielo. He hecho el último tramo de noche, y entre nubes, he visto una luna llena preciosa. Por cierto, mañana lunes 21/01/2019 hay un eclipse total de luna que se vería desde aquí si no tuviéramos una borrasca encima. Como casi siempre.
He estado pensando en la disgregación de lo que fue mi cuadrilla, y como todos en mayor o menor medida han caído en el mismo error: separarse del resto.
Baso la parte que a mi felicidad puede aportar la buena salud en cuatro pilares fundamentales: el ejercicio físico, el ejercicio intelectual, la buena alimentación y la socialización. 

    No puedo sino pensar que aislarse en los malos momentos es un grave error que retroalimenta la dificultad de la situación. Qué mal lo habéis hecho.

martes, 1 de enero de 2019

Sacrificio mal visto

    Está bien visto, o al menos se ve con normalidad, hacer algunos sacrificios, como deporte para estar en forma, dejar de fumar para mejorar la salud, ahorrar una parte de los ingresos para comprar un colchón nuevo...
Pero no está tan bien visto hacer un sacrificio que suponga un cambio en la personalidad. ¿Por qué no es visto como algo tan normal que alguien que no se integra en un grupo social se esfuerce por llevarse mejor con esa gente? ¿Por qué esas manías de valorar positivamente la unicidad o las rarezas de las personalidades. El rollo de ser uno mismo.

    Mejor que eso de: "sé tú mismo, nunca cambies" yo prefiero el consejo de Murray Goldberg, que parece una tontería o una perogrullada, pero va más con la idea que más me gusta últimamente. Como somos bastante limitados y nuestra inteligencia bastante incompleta, casi mejor que proponernos hacer bien las cosas es mejor proponernos no hacerlas mal. Así que como ya dijo Murray: "No seas un imbécil".