lunes, 10 de octubre de 2022

Crédulo pero no tengo cómo

 Créeme. Sería muy interesante para mí encontrar un argumento a favor de la existencia de lo sobrenatural, o de su necesidad, o de la fe en sí que supusiera un reto intelectual. Toda defensa de la existencia de lo sobrenatural que escucho son siempre argumentos patéticamente mal construidos, que han llegado a aburrirme. Palabras vacías. Y créeme que no es cerrazón; soy una persona muy fácil de convencer. Tan sólo necesito pruebas. Soy alguien que cambiaría de parecer y que creería, pero no tengo base sólida alguna para creer en nada sobrenatural.


Hay belleza gelatinosa que da alegrías



   El fundador de una plataforma de pensamiento crítico dice que la pandemia nos hizo darnos cuenta de que dios es absurdo. Que el nivel de no creyentes creció, según las encuestas.

    A mí me parece que si bien es verdad que la pandemia nos dio la oportunidad de ver claras las prioridades vitales y la inutilidad de la fe, creo que hubo otra razón.

    Parece que ser que el tiempo libre dio oportunidad a las personas a dedicar el suficiente tiempo y tranquilidad a buscar alternativas a su contrato de compañía eléctrica. Esto es, tiempo libre para pensar. Para una clase obrera que de otro modo vive sin energías para eso. Gente cansada y siempre ocupada y preocupada con otros asuntos.

 

    Y creo que, en cierto modo, así pasó también con esa pérdida de fe.

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