viernes, 22 de abril de 2011

Y el olmo

El olmo, como los otros árboles, sólo crece en longitud por sus yemas apicales, por lo demás engorda. Si de niño hubiese podido disfrutar de un columpio colgado en una de sus ramas, hoy no vería ese columpio más alto ni más lejos del tronco que entonces. Pero sí podría ver a un olmo mayor, más grande y de tronco más ancho. Siendo una especie ligada al río y al freático cercano a la superficie, es de relativo rápido crecimiento. Yo mismo he plantado una de sus sámaras en una tarrina de CDs y en el estirón de un solo año lo he visto crecer metro y medio. Que se lo digan al tejo.
El olmo. El olmo inocentemente vive sin intenciones, y sin embargo hace todo lo que hace con un solo fin que ni siquiera controla y del que es esclavo: crear más olmos como él, todos los que sean posibles. El olmo comparte esta esclavitud con el resto de seres vivos con los que interacciona, y sin saberlo, interacciona con ellos también con ese fin.




Ahora mismo, yo soy la única razón por la que mis antepasados existieron.

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