domingo, 26 de diciembre de 2021

¿Apostatar qué?

 Esto es una anécdota sobre lo que me ocurrió en la comisaría de Irun cuando quise ir a hacer una fotocopia compulsada del DNI durante el proceso de apostatar. La experiencia de apostatar tal cual está aquí, y no he querido cargar esa entrada porque pienso que le puede servir a alguien, entonces la dejo limpia de comentarios y opiniones.
 
 
  Había puesto en marcha el proceso de mi apostasía de la iglesia católica. Llevaba muchos años queriendo hacerlo, pero para cuando me decidí cambié de opinión. No en cuanto a mi militancia atea ni mi rechazo a lo que representa la iglesia, sino por otras cuestiones culturales que en ese momento me parecieron diferentes. Pero un vídeo de Razón o fe me convenció de que es importante que demostremos a los demás que existimos. Porque es algo de lo que no se habla, y quizá hay un ateo en potencia quedándose con las dudas porque no encuentra a nadie a su alrededor para sacarle de ellas. Eso es lo que finalmente me hizo decidirme. Y ciertamente, cuando sobre todo mi mujer (porque yo soy un hueso que no habla de sí mismo nunca) cuenta que ha apostatado, la gente normalmente se muestra interesada y le comenta como que no sabía que se podía hacer eso.

 Una de las razones por las que me ha parecido importante dejar constancia de mi experiencia es poder ser de ayuda a la gente que quiera apostatar, porque es mucho más sencillo de lo que suele estar escrito por ahí. Sobre todo, porque no hacen falta ni un documento escrito y firmado de casa con una declaración de apostasía ni que la fotocopia del DNI esté compulsada. Y la anécdota es sobre ese trámite que en nuestra ignorancia fuimos a hacer, compulsar una copia del DNI.

 Esto nos llevó tres horas de una mañana perdida. Lo habitual ya en cuanto a los trámites burocráticos con la administración pública: funcionarios que no saben, no quieren aprender, no quieren hacer su trabajo. "Aquí no, ve allí". (Allí) "Aquí no, ve allí" (a donde antes). Donde antes de nuevo: "Aquí no, ve allí". "Allí me han dicho que aquí". Y así. Me mandaron de la comisaría a Correos (donde hace años que no hacen ese trámite) y viceversa.

 Añadido a esto están las restricciones de aforo por la COVID, con la gente haciendo cola en la calle un día de lluvia sin posibilidad siquiera de coger número para aprovechar el tiempo de espera. Y funcionarios tratando a la gente afuera como ganado. En la era del 5G todo esto funcionando igual (de mal) que hace 200 años. No exagero.

  Finalmente, por segunda vez y segunda cola en la comisaría, ya nos atendieron. Bueno, allí no había cola, había un grupo de personas arremolinadas en torno a la puerta explicando el trámite que iban a hacer a la funcionaria que salía de vez en cuando. Delante de todos los demás. Alguno con terribles problemas de idioma. Delante de todos, sin privacidad, con los demás escuchando inevitablemente, porque estábamos ahí todos arremolinados con el ruido de la calle y bajo el paraguas y así. Pues bien, cuando pedí que me hicieran una fotocopia compulsada del DNI, tanto la funcionaria que despachaba a la gente en la calle bajo la lluvia como el que una vez dentro tenía que hacer el trámite, preguntaron que para qué era. Mi respuesta: "Para apostatar". Su respuesta, otra pregunta: "¿Para apostatar qué?".
Esa pregunta demuestra dos cosas: no conocían el significado de la palabra apostatar, y por tanto no sabían que se trata de un verbo intransitivo, por lo que su pregunta carecía de sentido. Eso no es lo malo en sí, sino la segunda cosa que esa respuesta-pregunta demuestra: la soberbia de no querer reconocer la propia ignorancia. Ahora me dan ganas de haber respondido "Para apostatar un usufructo", o algo así, y haber visto cómo reaccionaban.
 
 
Por cierto, nos fuimos sin compulsar nada. El formato de la copia que llevábamos de casa no era el correcto, algo que nos explicó de mala gana y manera el funcionario de dentro. Exactamente, como has imaginado, delante de todo el mundo que estaba sentado en las sillas en la zona de espera. Todo muy profesional.
 
 
A veces solo deseo que alguno tuviese que dar cuentas de su trabajo y así tener que responsabilizarse tanto de la calidad del resultado como de la producción realizada en un tiempo concreto. Como hacemos los demás, que no es tanto drama, creo yo.

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